Estoy escribiendo una breve semblanza del ojo humano y la luz; concentrándome en el ojo como receptor de esta. La finalidad es allanar el camino para la creación de una pieza centrada en la luz y el ojo. En adelante hablaré del ojo como un correlativo de la luz.
La aparición del órgano visual primitivo representó una tremenda ventaja evolutiva, permitiendo a los animales convertirse en cazadores activos.
El ojo ha evolucionado a partir de estructuras simples con funciones limitadas hasta convertirse en órganos más complejos capaces de percibir la visión tridimensional y en color.
El ojo ha evolucionado desde rudimentarias zonas fotosensibles incapaces de formar imágenes hasta los sofisticados órganos que conocemos hoy.
El ojo inicialmente evolucionó en un entorno acuático y nunca se adaptó para la vida en ambientes aéreo.
Clasificación del comportamiento controlado por fotorreceptores, de Nilsson
Clase I: Fotorrecepción no direccional: Con solo monitorear la intensidad de la luz ambiental, es posible obtener información para una serie de comportamientos importantes, como activar o desactivar comportamientos directamente en relación con la hora del día o indirectamente al proporcionar información a un reloj circadiano.
Clase II: Fotorrecepción direccional: Si el fotorreceptor está protegido de tal manera que detecta la luz en algunas direcciones, pero no en otras, es muy adecuado para determinar la dirección hacia o lejos de la luz en un animal en movimiento. Un comportamiento obvio guiado por la fotorrecepción direccional es la fototaxis.
Clase III: Visión de baja resolución: Gracias a una matriz de fotorreceptores direccionales, se pueden realizar lecturas simultáneas de la luminancia en diferentes direcciones. Se utilizan para controlar la velocidad y la dirección de la locomoción, así como la trayectoria en relación con las estructuras circundantes; así como en las respuestas de evitación de objetos (anticolisión). Esta clase introduce la imagen y la resolución espacial, por tanto, representa los primeros ojos verdaderos y el origen de la visión, más allá de la simple fotorrecepción.
Clase IV: Visión de alta resolución: Con solo aumentar la resolución espacial, es posible participar en la detección, persecución y comunicación con otros animales.
Requisitos fundamentales de rendimiento para las cuatro clases, de Nilsson
Se trata de las exigencias de tiempo de integración (velocidad de respuesta), ángulo de detección y precisión de detección.
Tiempo de integración: Claramente, el tiempo de integración necesario para evitar el desenfoque de movimiento en la visión de alta resolución es mucho más corto que el necesario para monitorear el ciclo de luz diario. La sensibilidad a la luz no direccional necesaria para las tareas de clase I se basa en la variación temporal en la radiancia de la fuente de luz principal, como el sol o la luna, y esta variación es típicamente lenta. Las mediciones experimentales del tiempo de integración en fotorreceptores no direccionales están en el rango de 10 a 30 minutos; mientras que para la fotorrecepción direccional y la visión verdadera, el movimiento propio de los animales también provocará cambios de señal mucho más rápidos, lo que requiere tiempos de integración de 1 segundo o menos.
Ángulo de detección: El ángulo de detección requerido se estrecha para cada clase superior. Por definición, la fotorrecepción no direccional (clase I) no debe estar restringida en ángulo. Las tareas de clase II requieren direccionalidad, como la fototaxis. Los fotorreceptores para la fototaxis suelen captar luz en un rango de 100° a 180°. Las clases III y IV requieren ángulos de detección mucho más pequeños porque estos determinarán directamente la agudeza visual, que varía desde 30° hasta fracciones de grado.
Precisión de detección: Los cambios de radiancia entre un día soleado y una noche estrellada abarcan aproximadamente 8 unidades logarítmicas. Incluso con una precisión de tan solo el 30%, es posible detectar con fiabilidad el inicio del anochecer y el amanecer.
Las tareas de clase I pueden realizarse a intensidades inferiores a la luz de las estrellas con células sin ayuda y morfológicamente no especializadas. Las tareas de clase II también pueden ser realizadas por dichas células receptoras simples, pero solo hasta intensidades de medio crepúsculo. Para la operación a intensidades más bajas, es necesario introducir apilamiento de membranas, que es un prerrequisito para que las tareas de clase III funcionen incluso a intensidades de luz diurna. Para extender las tareas de clase III por debajo de las intensidades de medio crepúsculo, es necesario agregar óptica de enfoque. La visión de alta resolución requiere tanto apilamiento de membranas como óptica de enfoque para todas las intensidades, y las aperturas suficientemente grandes permiten la operación hasta intensidades nocturnas.
Ahora bien, los humanos tenemos visión en alta resolución, pero no vemos en la oscuridad total; sin embargo, en ciertas condiciones nocturnas podemos ver gracias a la apertura de la pupila. Actualmente, esta condición está superada gracias a la luz generada con energía eléctrica.
Sin profundizar en esta historia, puedo decir que apenas han pasado ciento cincuenta años en los que los humanos hemos mejorado nuestra visión nocturna de manera artificial, gracias a la luz eléctrica. Este dato no es menor, ya que como lo señalan las referencias, la evolución del ojo tiene al menos 700 millones de años y sucedió de manera natural, es decir, sin intervención de tecnologías.
Aunado a lo anterior, aunque tenemos luz artificial nocturna, aún no captamos buena parte del espectro electromagnético. El ojo humano solo puede detectar una pequeña parte del espectro, es lo que llamamos ‘luz visible’. Las radios captan otra porción del espectro y lo mismo sucede con las máquinas de rayos X.
Los experimentos de Hertz demostraron que la velocidad de las ondas de radio es igual a la velocidad de la luz, por lo que se consideran una forma de luz. La luz está hecha de paquetes discretos de energía llamados fotones. Los fotones tienen impulso, carecen de masa y viajan a la velocidad de la luz. Así, la luz tiene propiedades tanto como onda y como partícula.
Luz, ondas electromagnéticas y radiación se refieren al mismo fenómeno físico: energía electromagnética. Las ondas de radio y las microondas se describen en términos de frecuencia (Hertz); rayos infrarrojos y luz visible se describen en términos de longitud de onda (metros); mientras que rayos X y rayos gamma se describen como energía (voltios).
Glosario
Daltonismo: Es una deficiencia común en la percepción del color en la que los colores rojo y verde se detectan incorrectamente; se considera una condición congénita. Las personas con daltonismo no tienen suficientes células fotorreceptoras, llamadas ‘conos’, que detectan la luz en ambientes brillantes, por lo que no pueden ver parte del espectro luminoso, viendo tan solo en dos colores. Para evaluar la visión en color de una persona se utilizan diferentes pruebas, por ejemplo, la Ishihara test y la Stilling test.
Fototaxis: Respuesta frente a las señales lumínicas. Los elementos celulares fotorreceptores capaces de detectar la luz se llaman manchas oculares y se puede decir que son los ojos más simples y comunes que se hallan en la naturaleza. Algunas algas verdes y otros organismos unicelulares tales como los euglénidos poseen en sus células una mancha ocular –o estigma–, un orgánulo fotorreceptor que les permite detectar la dirección y la intensidad de la luz y responder dirigiéndose hacia ella –fototaxis positiva– o alejarse –fototaxis negativa o respuesta fotofóbica–, para obtener la cantidad de luz óptima para la fotosíntesis.
Hertz:Es la unidad de frecuencia de una onda de radio, equivale a un ciclo por segundo.
Ojos compuestos: Los ojos compuestos de muchos insectos están formados por múltiples ocelos u omatidios (llegando a los 30.000 para algunas especies de libélulas). Cada omatidio es un espacio cerrado e independiente de recepción de luz, formado por una lente en forma de cono transparente cuya cara superficial se denomina ‘faceta’. Las células fotosensibles están distribuidas de forma radial alrededor del rabdoma, que hace la función de guía de onda para transmitir la señal. La imagen se forma invertida en las células pigmentadas y fotosensibles que separan cada receptor del resto.
Ojos tipo cámara: Como los ojos humanos, que utilizan una sola lente para enfocar las imágenes sobre una membrana fotosensible que recubre el interior del globo ocular llamada retina.
Son comunes en los vertebrados (mamíferos, aves y peces), aunque invertebrados como los pulpos y los calamares también cuentan con este tipo de ojos.
Prosopagnosia:Dificultad para reconocer rostros derivada generalmente de una lesión en el área facial fusiforme derecha del cerebro humano.
Stemmata: Ojos simples, a menudo circulares, en grupos de posición lateral en la cabeza de larvas de holometábolos. Los insectos holometábolos, son los que pasan por cuatro etapas: huevo, larva, pupa y adulto; es decir, experimentan una metamorfosis completa durante su ciclo de vida. Ejemplos: mosca, mariposa y escarabajo. Stemmata también son llamados ojos larvales. Las larvas del género Corydalus presentan seis stemmata bien desarrollados organizados a manera de pentágono, con un ocelo central y cinco periféricos.